viernes, 2 de abril de 2010

Capitulo 1: Una triste confusión.




¡¡Yay!!

Creé un blog alterno, por si tengo problemas en FF.net. Así que disfruten ^^



Disclaimer: los personajes pertenecen a S.M.

Summary: Bella es indigente, vive en la calle. El Dr. Edward Cullen, es el hijo del Dr. Carlisle Cullen, dueño de la compañía farmacéutica más importante a nivel mundial. Edward se muda a Seattle para hacerse cargo de está, ahí conocerá a Bella quien le enseñará que las cosas más importantes no las compra el dinero.

La vida debajo del puente.

Una triste confusión

¡Mi Dios! Creo que me quedé dormida. Me levanté rápidamente del suelo y doblé mi cobija. Es difícil saber la hora cuando vives en la calle. Tu reloj es: sol de día y luna de noche. No es que me quejé, con el tiempo he aprendido a identificar algunas veces la hora, especialmente en la tarde. Pero, en la mañana es imposible saberla con certeza. La mayoría del tiempo no me importa saber la hora, las horas no hacen ninguna diferencia en mi rutina. Pero, hoy es el desayuno mensual en la iglesia. Así que tengo que llegar temprano si quiero aspirar por un plato de comida. Guardé mi cobija en mi mochila y corrí. Me caí como tres veces camino al asilo, desgraciadamente mis pies, y yo no nos entendemos muy bien.

Sonreí al darme cuenta que aún estaba abierto —Bueno días, Bella— me saludó Ángela amablemente, como siempre. Ella es una de las voluntarias en la iglesia, ellos ayudan a gente como yo. Que no tenemos nada. Ángela y yo, hemos formado una "amistad", por así decirlo. Digamos que ella es una de las pocas personas que no le da miedo o asco acercarse a mí.

—Hola, Ángela— le devolví el saludo muy feliz. Después de todo hoy iba a tener un muy buen desayuno.

—Por un momento me asusté. Creí que no ibas a venir— me dijo un poco preocupada.

—Es que me quedé dormida, ayer en la noche trabajé limpiando unos escombros. Estaba un poco cansada, creo que por eso, me quedé dormida. Pero me pagaron bien, así que no me quejo— sonreí al recordar que ayer tuve la suerte de encontrar un pequeño trabajo. Esos cinco dólares definitivamente me iban a salvar por esta semana.

—Me alegro. Pasa antes de que se acaben los platos. En cuanto termine aquí, seguimos con nuestra platica — me apresuré a formarme en la larga línea, aunque no me importa esperar. No es como si tuviera otro lugar a donde ir. Después de aproximadamente una hora, me dieron un plato con mucha comida y una botella de jugo. Se me hizo agua la boca de tan solo verlo. Hace un mes exactamente que no como una comida completa. Últimamente las cosas en la calle han sido más difíciles.

Me senté en una de la mesas en la esquina y empecé a devorar mi plato. La gran ventaja de estos comedores, es que no importa si no tienes modales. Y no es que coma como un animal, pero después de no haber comido en dos días, es difícil mantener la compostura. Ángela llegó cuando estaba terminando.

— ¿Disfrutaste la comida? — me preguntó.

—Sí— le dije terminando mi último bocado —Estuvo muy rica. Son los huevos más ricos que he probado en toda mi vida— y no estaba exagerando, sabían a gloria.

—Creo que estas exagerando un poco.— se rió —Pero bueno, te tengo una buena noticia.— me contó son una gran sonrisa en su cara.

— ¿Buena noticia? — le cuestioné confundida.

—Sí. Hace unos días, una compañera de la universidad me comentó que su mamá necesita una persona que la ayude con la limpieza. Yo le dije que tengo una amiga que es muy buena haciendo las labores domésticas. Me dijo que fueras esta tarde. Si te parece claro. — esté día solo se pone mejor.

— ¿En verdad? No estas jugando conmigo— ella solo se rió y negó con la cabeza. —Claro que quiero. — le grité emocionada.

—Espero que te den el trabajo. — me deseó mientras me apuntaba la dirección. —Si tomas el bus 18 me parece que llegas más rápido.

—Muchas gracias, Ángela. No tengo forma de pagarte. — la verdad es que nadie hacia cosas así por mí. Me alegró de conocer a Ángela y ser su amiga.

—No tienes nada que agradecer, lo hago de todo corazón. — me habló sinceramente.

Platicamos un poco más, ella me contó unas cosas sobre su prometido y después me fui para tomar el bus. Camino a la casa de la señora, recordé que mi ropa no es muy adecuada para pedir trabajo. Estoy vestida con un vaquero, completamente roto de las rodillas, por mis caídas. Y una sudadera negra. No podía presentarme así. Así que descontando los 75¢ del bus, me quedaban cuatro dólares. Es lo único que tengo, pero necesito comprar una blusa, al menos. Creo que no tengo otra opción.

Compraré la blusa, necesito este trabajo. Fui rápidamente a la tienda de "la gente de buena voluntad", me compré la primera y más barata blusa, que encontré. Me cambié ahí mismo, me lavé un poco la cara, la empleada se compadeció de mí. Traté de acomodarme mi desesperado cabello. Después de eso, por fin fui a la parada de autobús.

Duré mucho tiempo en llegar a la casa, ya estaba atardeciendo. Lo bueno es que no me fue difícil encontrar la casa, era muy grande y hermosa, espero que si me den el trabajo. Reuní todo mi valor y subí las escaleras del porche. Toqué el timbre.

—Buenos tardes— me recibió una señora muy bonita, se ve que ya estaba en sus 40 años, pero aún así tiene un hermoso cuerpo — ¿Qué puedo hacer por ti? — me preguntó amablemente.

—Buenas tardes. Soy Isabella— le contesté tímidamente —Mi amiga Ángela, es amiga de su hija. Ella me dijo que me podían dar trabajo, quiero decirle que soy muy buena en mi trabajo y muy dedicada.

—Oh… ¿Tú eres Isabella? — dijo recorriendo todo mi cuerpo con sus ojos. —Disculpa, creí que venías del centro de asistencia. Lamento la confusión, pero no necesito por el momento a nadie más. Si me disculpas— me cerró literalmente la puerta en la cara. Así que, ¿Si venía a pedirle comida si me la daría, pero si quiero trabajar para ganármela no? Algunas veces la gente puede ser tan hipócrita.

Suspiré decepcionada. A pesar de que ya estoy acostumbrada a los desplantes de la gente, algunas veces todavía me sorprende lo crueles que son algunas personas. Me limpié la solitaria lágrima que rodó por mi mejilla. No puedo creer que haya gastado lo único que tenía para comprarme esta estúpida blusa, ahora ni siquiera tengo dinero para tomar el bus de vuelta a mi calle. Creo que mejor empiezo a caminar, tengo que buscar un lugar donde dormir, y con suerte pueda que consiga un poco de dinero.

¡Vamos, Bella! Lo último que se pierde es la esperanza. Traté de animarme.

Busqué en varias partes trabajo, ya que tenía que aprovechar la oportunidad de "estar limpia". Pero, desgraciadamente en cuanto mencionas que no tienes dirección o teléfono, te descartan completamente. Nunca se las ha ocurrido que tal vez, si me dieran una oportunidad podría llenar esos espacios en blanco. La gente es tan cerrada y egoísta a veces.

Ya esta anocheciendo, será mejor que encuentre un lugar para dormir. No conocía muy bien esta zona. Así que no se cual sea el sitio más seguro para dormir. Fui distraída de mi búsqueda por un delicioso olor, mi estómago hizo un sonido con el solo olor. Tengo tanta hambre. Busqué la fuente del olor, era un restaurant, se ve que es realmente caro, ni en mis mejores sueños aspiraría a pagarlo. Tal ves, si pido las sobras de comida me las den. Digo, la gente con dinero puede ser muy malagradecida a veces. En algunas ocasiones, me eh encontrado comidas enteras en la basura. Debe de ser de gente que la devolvió al cocinero o algo. Creo que será mejor si revisó el bote de basura primero, ya que lo más probable es que me corran antes de que me den oportunidad de pedirles algo. Realmente odio excavar en los basureros, pero tengo mucha hambre, hoy ha sido un día muy agotador, necesito algo para llenar mi estómago. Reuní un poco de valor y me trepé al bote. Adiós ropa limpia, esperó que haya algo que pueda comer. Y si valió la pena, encontré unos restos de dedos de queso y una hamburguesa completa. Como lo dije, alguna gente desperdicia la comida como si fuera gratis. Mi gran manjar fue interrumpido por unos gritos, parece que son una pareja.

—No puedo creer que me hayas humillado de esa manera enfrente de mis amigos— gritaba un hombre muy enojado.

—Pues créeme que tú me has humillado muchas más veces, y no solo enfrente de mis amigos, sino de mi familia también. — le respondió una mujer, que por lo visto también estaba muy molesta. Creo que será mejor esperarme a que ellos se vayan antes de que salga, no es que me guste estar mucho aquí, pero ya es muy humillante el hecho por sí solo de buscar comida en un basurero, ahora con personas viéndote es todavía más.

—No entiendo que quieres de mi Tanya, te he dicho una y mil veces como soy. No creo que en verdad hayas pensado que iba a cambiar por ti, ¿Verdad? — se escuchó un pequeño golpe después de eso.

—Eres un patán, engreído Edward. Sabes que, me alegra tanto que te mudes aquí, así no tendré que verte nunca más en mi vida. Búscate a otra idiota que te aguante más humillaciones. Me voy — gritó furiosa la mujer.

—Por fin, la verdad es que ya me estabas aburriendo— se podía oír el cinismo en su voz —Te mandaré tus cosas mañana, siéntete libre de elegir el hotel que quieras y me mandas la factura, amor.

—Quédate con tu dinero. Y deseo que tú y el sean muy felices. Por que al final te vas a quedar solo. — creo que oí sus pasos alejarse.

—Maldición— gritó el pateando el basurero. Eso me asustó un poco, así que por mi reflejo salí de ahí. Claro que siendo la torpe que soy, me caí al intentar bajarme. Él hombre, que me imaginó era el de la pelea, se quedó viéndome en shock. Yo me quedé sin aire en cuanto lo vi, era realmente hermoso. Es alto, de tez blanca pálida, tiene el cabello más hermoso que he visto, es color bronce y esta un poco despeinado. Se ve que es una persona de mucho dinero, estaba vestido con lo que parece un costoso traje. Parece un dios griego. —¿Qué demonios estas haciendo ahí y quién eres? — alzó la voz muy enojado. Esto me asustó todavía más.

—Y-yo… ssolo— no me dejó terminar.

— ¿Me estabas espiando, verdad? — me jaló muy bruscamente del brazo. — ¿Creíste que ibas a poder robarme por que salí sin mi seguridad? — sus preguntas realmente no tenían ningún sentido para mí.

—No señor, claro que no— le respondí rápidamente.

— ¿Sabes qué? No me importa lo que me digas. De todas formas llamaré a la policía— me dijo apretándome más el brazo. — Yo realmente no entendía nada.

—Pero yo no he hecho nada— le repliqué tratando de zafarme de su agarre –Por favor, déjeme ir. Me está lastimando.

—Oh, claro que no te voy a dejar ir. Nadie se burla de Edward Cullen. — habló rechinando los diente.

—Edward— se oyó la voz de un hombre. —Suéltala. ¿Qué demonios está pasando, aquí? — le gritó. Él extraño le puso una mano en el hombro y él lentamente me soltó.

—Esta ladrona estaba escondida en el basurero, esperando para robarme. — le contestó.

—No es cierto. Yo nunca quise robarle. — me defendí.

—Vamos hermano, piensa lógicamente. No creo que ni siquiera lo haya pensado, eres mucho más grande que ella, además ella como sabía que ibas a salir a discutir con tu novia— me defendió el extraño, se volteó hacia mí y me sonrió —Lamento el comportamiento de Edward, él suele ser un poco temperamental. ¿Te importaría decirnos que estabas haciendo en el basurero?

— Si señor. — él me interrumpió.

—Me llamo Jasper-— me dijo el extraño. Yo asentí en señal de respuesta.

—Yo solo quería un poco de comida. Tenía mucha hambre, lo siento tanto— le dije viendo al piso.

—No tienes nada por que disculparte…?

—Bella— le respondí.

—Bella, me parece que Edward es él que debería decir algo— le dijo dándole una mirada de reproche.

— ¿Realmente piensas que le voy a pedir la culpa a una basurera? — no se por que, pero sus palabras realmente me hirieron. —No pienso perder ni un solo segundo más aquí. Me voy, dile a Alice que le llamó en la semana— antes de irse, sacó su cartera y él muy imbécil me arrojó un billete de 100 dólares al piso. Mis mejillas se enrojecieron rápidamente de coraje. —Eso es lo más cercano a una disculpa que vas a obtener de mí— agregó antes de caminar lejos.

Jasper suspiró y tomó el dinero –Discúlpalo, yo se que parece un persona sin sentimientos. Pero ha pasado por muchos cambios últimamente, esta un poco presionado. – estiró la mano con el dinero.

—Muchas gracias, señor. Pero no necesito dinero— la verdad prefiero morir de hambre antes de tomarlo. —Dígale a su amigo que se puede meter su dinero por el…

—Si, creo que se lo diré— dijo riéndose —Bien, entonces acepta el mío— buscó su cartera en el pantalón.

—Por favor no. Ya fue lo suficientemente humillante lo que sucedió, vamos a dejarlo así. — tomé mi morral y me lo colgué —Gracias por su ayuda – le dije antes de irme.

—No tienes nada que agradecer— creo que agregó algo más, yo solo quería alejarme de ahí y nunca volver.

No se cuanto corrí, pero lo hice hasta que mis pies ya no pudieron más. Me acosté en la banca de un parque que para esta hora ya estaba vacío. Lloré hasta quedarme dormida, no se porque razón, pero mi corazón estaba realmente destrozado.

A/N: Espero que hayan disfrutado el primer capitulo.

Love

Sally

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